En diciembre, cuando se abrió la causa, Romero recusó a la fiscal penal, Mónica Poma y planteó la nulidad de la imputación a fin de evitar declarar antes de fin de año, por lo que la causa con la feria judicial de enero, quedó parada.
En los últimos días, la causa se reactivó con el rechazo del juez de Garantías 4, Diego Rodríguez Pipino, tanto a la recusación como al planteo de nulidad de la imputación, razón por la cual la fiscalía notificó la semana pasada a Romero de una nueva citación a indagatoria.
Dicha declaración está prevista para hoy a partir de las ocho en la Fiscalía de Delitos Económicos Complejos, ubicada en Santiago del Estero 611. La indagatoria se trata de una medida judicial de la cual el ex gobernador no se puede abstraer, pues la reforma de código procesal penal le asigna a este acto procesal el carácter de obligatorio.
En tanto, no se descarta que la defensa del senador nacional, a cargo de Andrea Astudillo Rizzi, haga alguna presentación legal a fin de evitar nuevamente a Romero el inconveniente de tener que explicar el patrimonio que acumuló en doce años de gobierno.
El decreto de imputación por el delito de enriquecimiento ilícito señala activos por más de 200 millones de pesos que Romero acumuló entre los años 1995 y 2007, tiempo en que ocupó el cargo de gobernador de la provincia.
De una casa a una mansión
Una de las muestras más evidentes del incremento patrimonial de Romero durante su paso por el gobierno provincial se puede apreciar en la vivienda que poseía cuando asumió, en 1995, y la que adquirió al finalizar su tercer mandato.
Al iniciar el primero de sus tres períodos, Romero residía en una casa ubicada en Belgrano al 1000, mientras que al finalizar su tercer período, el ex gobernador y su familia se mudaron a una lujosa mansión ubicada en el paraje Castellanos, en villa San Lorenzo.
La propiedad, según las actuaciones judiciales, consta de más de tres hectáreas y su costo de adquisición ascendió a unos 890 mil dólares. De ese monto, Romero realizó una inversión directa a través de la sociedad Jucaro S.A. de 140 mil dólares, dinero que le pagó a la familia Patrón Costas por una hectárea de la finca La Montaña.
Para adueñarse de las otras dos hectáreas, Romero utilizó a Gustavo Cinosi, a quien el ex gobernador cedió la explotación del Centro de Convenciones.
Este empresario junto a María Cecilia Pérez de la Fuente, una escribana imputada junto a Romero en varias causas por corrupción, constituyeron Lomas de Balcón S.A. el 7 de julio de 2006. En esa misma fecha, estos dos socios, quienes acreditaron ingresos por 30 y 15 mil pesos respectivamente y con registros de categorías T1 v y III, de monotributo, pagaron 750 mil dólares por las otras dos hectáreas, en las cuales, Romero construyó gran parte de su mansión.
Posteriormente, recién en 2012, Romero reconoció poseer el 90% de Lomas Balcón S.A, equivalentes a un valor declarado de 1.192.700 pesos, con lo cual quedó en evidencia que Cinosi y Pérez de la Fuente fueron meros intermediarios de los que se valió el ex gobernador para adquirir la propiedad.
$50 millones
A esta inversión se suma el costo de edificación, con lo cual la Mansión Castellanos se encuentra valuada en unos 50 millones de pesos. Al respecto, la investigación judicial pudo establecer, según los registros de planos asentados en la Municipalidad de San Lorenzo, la existencia de más de dos mil metros cuadrados de superficie construida.
Al ser adquirida, la propiedad tenía una vieja sala de poco más de 400 metros cuadrados de superficie construido, que Romero cuadriplicó al edificar la mansión en la que ahora reside. En ella, el ex gobernador, su esposa, Carmen Lucía Marcuzzi y sus hijos, gozan de 62 dependencias edificadas entre salas y habitaciones.
En la planta baja, según algunos allegados, los Romero edificaron una sala a la que dieron por llamar “Salón Güemes” en alusión al “Comedor Güemes” que posee el centenario Club 20 de Febrero.
La propiedad tiene 13 baños, un gimnasio bien equipado, una piscina climatizada que posee su propia sala dotada con costosos equipos de filtración de aire y un “Jardín de Invierno” vidriado.
En la planta alta, agregaron las fuentes, hay dos suites y tres dormitorios, mientras que el cuarto de huéspedes quedó en la planta baja. Cada uno de estos cuartos, evidencian lujos propios de las mansiones de la ciudad estadounidense de Miami, con alfombras, cerámicos y terminaciones en granito.
La mansión representa una inversión más que millonaria, cifra que Romero, lejos de otras edificaciones de esta naturaleza, no puede justificar y por ello, ordenó a su defensa frenar el avance de la causa con la presentación de recursos y nulidades.
