Raúl no sólo fue uno de los impulsores para la que se realice la aplicación de la ley de Tolerancia Cero, norma que actualmente se aplica en toda la Provincia y que multa a quienes conducen en estado de ebriedad, sino que también fue el fundador y representante de un grupo de padres que tuvieron la desgracia de perder a sus hijos, en las manos de conductores ebrios.
Padovani fue presidente de Padres de Víctimas de Conductores Ebrios e Irresponsables (PAVICEI), integrante del Consejo Asesor de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y director de la AMT. Esta ONG, nació el 12 de abril de 1997, impulsada por Raúl, luego de perder a su hija por culpa de un conductor en estado de ebriedad.
Raúl, insatisfecho y decepcionado por la condena que le dieron al culpable de la muerte de su hija, inició la cruzada desde Salta hasta llegar al Congreso Nacional, en Buenos Aires, recorriendo a su paso distintas provincias, portando una bandera que decía "No a los conductores desaprensivos", "Cuidemos la vida, que es una sola", entre otros mensajes que llegaban y movilizaban el corazón.
Pasó por los principales programas de TV, los principales noticieros, impulsando fuertemente su lucha por la concientización dirigida a los conductores de vehículos.
He aquí, una anécdota brindada especialmente desde el corazón de Cable a Tierra:
Raúl llegaba cada fin de semana, cada sábado, llegaba a la radio. Portaba siempre su mochila, en la cual contenía panfletos, folletos, revistas, todas ellas en sus líneas rezaban mensajes de concientización. Y allí, desde las 22 hs hasta la 1 de la mañana, se convertía en una gran compañía para todos los oyentes, que prestaban su oído a los consejos y recomendaciones que Raúl pronunciaba incansablemente: "La vida es una sola y tenemos que cuidarla", "Es importante ir, pero también es importante volver".
Es realmente impresionante, conmovedor y estremecedor, cómo es que a partir del dolor propio, tras haber perdido a su hija en un accidente de tránsito, Raúl Padovani haya llevado a cabo una lucha interminable, y que ha llegado y movilizado a miles de corazones.
Raúl, a sus 73 años, ha dejado sin dudas una huella imborrable en la memoria de la sociedad salteña, y nos deja un vacío, que nadie jamás podrá borrar.