Los resultados de la pericia tecnológica que se realizó en los dispositivos electrónicos hallados en la vivienda de Alberto Nisman en Puerto Madero cuando se conoció su muerte alimentan la hipótesis de que no se trató de un suicidio. El examen sacó a la luz que una de sus computadoras y uno de sus teléfonos fueron manipulados.
Realizado por la Policía Metropolitana, el estudio detectó que la laptop Samsung que estaba prendida en la habitación de la hija del titular de la UFI-AMIA aquel 18 de enero sufrió alteraciones en el reloj y en su sistema operativo. Los peritos corroboraron que alguien –quien presumen se trata de un experto, debido a la complejidad de lo realizado– accedió al equipo y consiguió modificar datos.
También el teléfono celular del fiscal fue intervenido, de acuerdo al documento. Al aparato se le practicó lo que se conoce como borrado seguro, que también es una técnica reservada a especialistas.
